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La Rioja Alta, S.A.
Territorio Rioja Alta Haro

La Rioja Alta, S.A.

Fundada por cinco familias en 1890, La Rioja Alta, S.A. está situada en el emblemático Barrio de la Estación de Haro. Una bodega que constituye un símbolo del vino de Rioja y en la que la tradición y la modernidad conviven a la perfección. Aquí se elaboran los vinos Gran Reserva 890, Gran Reserva 904, Viña Ardanza, Viña Arana Gran Reserva y Viña Alberdi.

Calidad. Elegancia. Innovación. Sentimiento. Evolución. Son los pilares que alzaron las cinco familias que en 1890 fundaron la bodega en el Barrio de la Estación en Haro. Aquí se cimentó una forma de elaborar vinos de la máxima calidad que mantienen la complejidad, armonía y personalidad características de los grandes Riojas y que son capaces de evolucionar desde la perfecta adaptación a los nuevos gustos gastronómicos.

Una casa que entiende que el viñedo propio constituye la génesis de un excelente vino. Sus 450 hectáreas de extensión que gozan de un delicado cuidado para garantizar una calidad constante. La variedad Tempranillo es la dominadora de las plantaciones, en las que también cuentan con Graciano, Mazuelo y Garnacha. Obtener y controlar una calidad máxima, solo es posible con una producción limitada y con un sofisticado control tecnológico. Una tecnología de última generación que es aplicada también durante la elaboración, otorgando una amplia flexibilidad enológica en función de la variedad de la uva, la finca de origen y las particulares características del fruto.

En el difícil arte de crear grandes vinos conjugan en plural la sabiduría de la tradición y  la vanguardia. El roble constituye el núcleo de su tradición, elaborando sus barricas con la saber que otorga la experiencia, revelado a través de generaciones de maestros toneleros que, con madera importada de Estados Unidos elaboran cada barrica.

Barricas donde maduran sus esperanzas que, cada seis meses, son despertadas a la luz de una vela. Son las trasiegas manuales, puro arte mediante el que se favorece la evolución del vino, limpiando naturalmente los sedimentos y controlando su calidad. Tras ese delicado contacto con el roble, la crianza se traslada a la botella, que otorga al vino sus últimos cuidados, redondeando y permitiendo desarrollar sus virtudes y cualidades. Así nacen sus prestigiosas marcas, desde sus dos Grandes Reservas 890 y 904, su Viña Arana Gran Reserva, su Viña Alberdi o su buque insignia, Viña Ardanza.