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20 de diciembre de 2008
Noticias

Rioja presenta al mercado sus nuevas añadas de Crianza, Reserva y Gran Reserva

La Denominación de Origen Calificada Rioja ha presentado en este pasado otoño de 2008 las últimas añadas que han alcanzado las categorías de Crianza, Reserva y Gran Reserva, es decir, las cosechas 2006, 2004 y 2002 respectivamente, una vez superados los tiempos mínimos de permanencia en barrica de roble y botella exigidos por la normativa de la Denominación. Estas son las categorías de mayor prestigio y la principal seña de identidad de los vinos de Rioja entre los consumidores de todo el mundo.

Algo que diferencia notablemente a los vinos de Rioja de los vinos de otras regiones es la gran aptitud que poseen para el envejecimiento. A través de un adecuado proceso de crianza, en el que la barrica de roble juega un papel decisivo, el vino de Rioja experimenta una evolución favorable que exalta sus virtudes y le confiere nuevas características aromáticas y de sabor. En muy pocos lugares del mundo pueden elaborarse este tipo de vinos tan exclusivos, grandes vinos como los que duermen embotellados durante décadas en los "calados" de las bodegas riojanas hasta convertirse en auténticas joyas enológicas.

Actualmente los vinos criados en barrica de roble suponen más del 60% de la comercialización de vinos tintos de Rioja. Los datos de ventas por añadas permiten observar las diferencias entre los volúmenes comercializados de unas y otras cosechas en las distintas categorías. La razón es que las características de la añada predisponen qué cantidad de vino se destinan a cada una de las categorías de Crianza, Reserva y Gran Reserva, de modo que en cosechas en las que la calidad media no alcanza el más elevado nivel, las cantidades destinadas por las bodegas a elaborar vinos de Reserva y, sobre todo, de Gran Reserva, son menores. Sin embargo se seleccionan para tales categorías los mejores vinos de la cosecha, lo cual permite mantener el máximo nivel de calidad, independientemente de la calificación oficial que se otorgara a la cosecha. Por otra parte, la diversidad geoclimática de Rioja asegura cada año la posibilidad de obtener uvas de calidad adecuada para la elaboración de vinos destinados al envejecimiento en barrica. No en vano la indiscutible personalidad del vino de Rioja es el resultado de la suma de una riquísima diversidad de tierras, viñedos e incluso estilos de elaboración y crianza que conforman el conjunto de la Denominación de Origen Calificada Rioja.

Una Denominación que ha orientado su estrategia hacia la especialización en la crianza de los vinos y cuenta con más de 400 bodegas criadoras que han realizado importantes inversiones en instalaciones y barricas de roble (sus calados albergan un millón trescientas mil), lo que la convierte en la zona vinícola del mundo con mayor potencial en este sentido. La espectacular gama de vinos de alta calidad que Rioja es capaz de ofrecer al mercado cada año en sus tres categorías de vinos criados permite valorar el gran dinamismo y la evolución constante de esta Denominación, basada en el equilibrio entre innovación y tradición, algo que le ha permitido seguir siendo la referencia indiscutible para la vitivinicultura española y convertirse en una de las cinco primeras regiones vinícolas del mundo. Tanto con sus vinos de estilo más clásico, como con esa nueva generación de vinos que aportan un estilo más actual, las bodegas de Rioja son un ejemplo de inquietud innovadora y apuesta decidida por la calidad. Desde la experiencia y manteniendo un estilo propio, Rioja ha sabido adaptarse con éxito a la demanda de los mercados en los últimos años, evolucionando no sólo en la tipología de sus vinos, sino también en la modernización de viñedos y bodegas.

Las nuevas añadas

Tras haber cumplido los tiempos mínimos de permanencia en barrica de roble y en botella, la D.O.Ca. Rioja ha presentado al mercado en el otoño de 2008 los vinos de las añadas que han alcanzado las categorías de Crianza (cosecha 2006), Reserva (cosecha 2004) y Gran Reserva (cosecha 2002). El propio carácter de cada añada, los diferentes procesos de crianza que siguen los vinos de cada categoría y el peculiar estilo de cada bodega, pueden imprimir notables diferencias sobre los vinos de una misma cosecha en las distintas fases de su proceso evolutivo.

Crianza 2006

La añada 2006 se valoró oficialmente como "MUY BUENA", tras la aplicación de los nuevos requisitos del Consejo Regulador para la calificación de las cosechas, más exigentes que los existentes hasta entonces. De los 421 millones de kilogramos de uva que se vendimiaron, procedentes de las 60.389 hectáreas amparadas por la D.O., se obtuvieron 277,50 millones litros de vino calificado (251,36 de tinto, 14,54 de blanco y 11,60 de rosado). Tras un ciclo vegetativo en que el agua acumulada del invierno en el subsuelo facilitó la buena vegetación de la vid en primavera, contrarrestando las altas temperaturas y la sequía del verano, la situación general del viñedo en la vendimia era buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario. La vendimia se desarrolló entre el día 1 de septiembre y el 27 de octubre de forma selectiva, en función de las condiciones que iba presentando la evolución de la maduración de cada viñedo, consiguiéndose que la mayor parte de la uva entrara en bodega en su punto óptimo de madurez, con grado alcohólico adecuado y mucho color.

Reserva 2004

La añada 2004, calificada EXCELENTE, se ha convertido en una de las llamadas "añadas históricas" de Rioja. El viñedo riojano experimentó un buen desarrollo a lo largo del ciclo vegetativo gracias a una climatología muy favorable para la obtención de una cosecha de alta calidad, también abundante en cantidad, ya que las 58.177 hectáreas productivas ofrecieron un volumen de cosecha de 473 millones de kgs. de uva, calificándose finalmente un total de 267,39 millones de litros (241,72 de tinto, 15,14 de blanco y 10,53 de rosado). La vendimia se prolongó desde el 6 de septiembre al 9 de noviembre, acompañada de un excepcional periodo de bonanza climatológica, con días soleados, temperaturas moderadas por el día y frescas por la noche, que permitieron una correcta maduración y un buen estado sanitario del conjunto de la producción. La uva entró en bodega en excelentes condiciones, con graduaciones alcohólicas correctas, buena concentración de materia colorante y buenas sensaciones aromáticas. Tal como se pudo comprobar en el proceso de calificación, los vinos elaborados ofrecieron los mejores parámetros de calidad de los últimos años, equiparables a añadas emblemáticas como la de 1994, y resultaron por tanto muy aptos para la crianza.

Gran Reserva 2002

Tras un ciclo vegetativo atípico, con una climatología adversa para el desarrollo del fruto, la gran experiencia de los enólogos riojanos y la capacidad tecnológica de las bodegas permitieron que la añada 2002 fuera valorada como BUENA. Las 55.545 hectáreas de viñedo productivas en la D.O. Calificada Rioja en la vendimia 2002 ofrecieron un volumen de cosecha de 284,2 millones de kgs. de uva, lo que significó un importante descenso del 25% respecto al año anterior, con un rendimiento medio por hectárea de 5.118 kgs., el más bajo de las 10 cosechas anteriores. Finalmente fueron calificados 195, 23 millones de litros (175,38 de tinto, 11,40 de blanco y 8,45 de rosado). Como cabía esperar de un ciclo tan atípico y dada la calidad heterogénea que presentaba la uva del 2002, el resultado final se plasmó en la obtención de excelentes vinos, bien estructurados y muy bien dotados para el envejecimiento, tan buenos como los de la excelente añada 2001, mientras que otra parte significativa de la cosecha no logró alcanzar tales expectativas.

Características generales de los vinos de Rioja de Crianza, Reserva y Gran Reserva

Para alcanzar cualquiera de las tres categorías de vinos criados, el reglamento de la Denominación de Origen Calificada Rioja, establece unas exigencias mínimas de permanencia de los vinos en barrica de roble y botella, prohibiendo la utilización de prácticas enológicas como la adición al vino de trozos de madera de roble que se emplean en otras zonas vinícolas.

El Consejo Regulador controla la calidad de los vinos producidos en cada cosecha a lo largo de las diferentes fases de su crianza mediante el análisis y cata de las muestras tomadas tanto en las propias bodegas como directamente en los puntos de venta del mercado español e internacional.

Vinos de Crianza

Vinos como mínimo en su tercer año que han permanecido al menos un año en barrica. En vinos blancos el período mínimo de envejecimiento en barrica es de 6 meses. El modelo crianza se podría definir como el equilibrio entre los elementos primarios (rasgos de la uva, los taninos dulces de la fruta, los matices tostados de una buena insolación y su acidez) y los terciarios (rasgos de la madera de roble y matices torrefactados de la duelas ligeramente tostadas durante su fabricación) con un nivel mínimo de oxigenación-oxidación. La acidez, estructura y taninos son suaves para permitir un consumo más inmediato y por consiguiente menores posibilidades de una guarda prolongada.

Vinos de Reserva

Vinos seleccionados de cada añada, que por sus buenas características han envejecido durante tres años entre barrica y botella, de los cuales uno como mínimo en barrica. En vinos blancos el período de envejecimiento es de 2 años, de los cuales como mínimo 6 meses en barrica. El modelo reserva se ajusta a un vino de calidad, seleccionado entre los mejores tintos de crianza, cuya mayor constitución admite el complemento de un envejecimiento más prolongado, bien en barrica o bien en botella. Es decir, las cualidades oxidativas de su permanencia en roble, necesitan complementar las cualidades reductoras del envejecimiento en botella. El resultado es un vino ligeramente más oscuro de color, complejo de aroma y sabor, y por lo tanto más rico en matices que un crianza, aunque menos delicado que un gran reserva.

Vinos de Gran Reserva

Vinos seleccionados de añadas excepcionales, que han permanecido como mínimo dos años en barrica y tres en botella. En vinos blancos el período de envejecimiento es de 4 años, de los cuales 6 meses como mínimo en barrica. Procedentes de una selección de los mejores vinos de las cosechas de más calidad, cuya corpulencia y estructura permite una crianza y envejecimiento mayores, lo que más define en su aspecto a un gran reserva es su color, el más oscuro de todos, su aroma, con mayor relieve de madera y bouquet oxidativo de crianza, y su paladar, más corpulento. Una cosecha que saldrá más tarde de la bodega y vivirá más tiempo en la botella. Su mayor estructura se apreciará por su "peso" alcohólico, los taninos del hollejo y de la madera y la acidez algo más sostenida. Sus mejores posibilidades de envejecimiento permitirán ofrecer mayor número de perfiles organolépticos diferentes en el transcurso de su larga vida.

Rioja es capaz de ofrecer cada año al mercado una espectacular gama de vinos de alta calidad en sus categorías de Crianza, Reserva y Gran Reserva, fiel reflejo de una evolución basada en el equilibrio entre innovación y tradición. Las bodegas de Rioja superan en capacidad de crianza a cualquier zona vinícola del mundo, ya que albergan en sus calados más de 1.300.000 barricas de roble, lo que ha exigido grandes inversiones en dichas barricas, instalaciones e inmovilizado.

En la presentación de las nuevas añadas realizada en Madrid, el presidente del Consejo Regulador destacó ante la prensa especializada que "la posición de liderazgo alcanzada por Rioja en el mercado español y su prestigio entre los consumidores no es fruto de la casualidad, sino del trabajo que hemos venido desarrollando, con un modelo de Denominación basado en la calidad, la autorregulación y el equilibrio".

El Consejo Regulador de la D.O. Ca. Rioja presenta cada año a los profesionales de la hostelería española las últimas añadas que han alcanzado las categorías de Crianza, Reserva y Gran Reserva. En la fotografía, presentación en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla.

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