
Duelo de Narices
Como remate a una visita a Campillo para trabajar, realizar una reunión o una jornada de formación, el grupo podrá participar en un taller olfativo, uno de nuestros sentidos más dormidos. Entrar en una bodega ya significa trabajar con la nariz, después despertaremos nuestro olfato reviviendo aromas y jugaremos por equipos a redescubrirlos en los vinos catados. El equipo ganador se llevará un premio.
Sobre la bodega
Bodegas Campillo fue inaugurada en 1990. Ubicada en Laguardia, fue la primera bodega en Rioja Alavesa diseñada por un arquitecto para recibir visitas, construida a modo de Château bordelés. Vino, arte y arquitectura encuentran su mejor equilibrio en Bodegas Campillo.
Un espacio arquitectónico que se abre a la Sierra Cantabria y Laguardia. Al subir su gran escalinata y traspasar sus puertas sentirá todo lo que llevó a Julio Faustino Martínez a compartir, desde Campillo, sus dos grandes pasiones: el vino y la arquitectura.
Enmarcado por un gran viñedo se alza majestuoso el edificio de Bodegas Campillo, de piedra natural, con un pórtico con siete arcos de medio punto, voladizos de madera y sillería, su gran escalinata de pizarra hace que se eleve para contemplar la perfecta fusión entre viñedo y arquitectura. Su interior conjuga tradición y modernidad, lujo y sobriedad, armoniza la nobleza de la piedra, acero, granito, pizarra y la madera con una cuidada y singular estética.
Desde el gran vestíbulo se pueden contemplar los cinco niveles en lo que se divide la bodega, vertebrados por la escalera de caracol, eje de conexión de todos los espacios. A la belleza en las formas arquitectónicas aúna las mejores condiciones técnicas para la elaboración y crianza del vino.
¿Te gustaría disfrutar de experiencias que te permitan entrar en contacto directo con el mundo del vino? Sólo tienes que venir a descubrirlas.