La cosecha 2020 ha sido finalmente una añada de calidad a pesar de las incertidumbres que afectaron la evolución del viñedo a lo largo del ciclo vegetativo en un año complejo marcado por la pandemia. Las impresiones sobre la calidad de los vinos elaborados son muy positivas, ya que los primeros descubes han mostrado vinos tintos que estacan por su “gran potencial aromático, equilibrio y buena estructura” y en los que sorprende, sobre todo, “un tanino muy hecho, muy redondo”, ha asegurado el director del Órgano de Control del Consejo Regulador, para quien los vinos blancos “sorprenden por mostrar mucha definición aromática, lo que evidencia una evolución muy positiva en las elaboraciones”. El volumen de uva elaborada en la Denominación de Origen Calificada Rioja en la vendimia 2020 por un total de 583 bodegas ha sido de 410 millones de kg (190,14 millones en Rioja Alta, 125,47 M de kg en Rioja Oriental y 94,28 M de kg en Rioja Alavesa), de los cuales 363,88 M de kg han sido de uvas tintas y 46,28 M de kg de variedades blancas.
Tanto el buen estado vegetativo del viñedo en la fase final del ciclo, como la ejecución de la vendimia en cada una de las zonas de producción conforme a los tiempos que correspondía para que la uva entrara en las bodegas en condiciones óptimas, han sido claves para alcanzar buenos resultados en un año caracterizado por una muy marcada diferencia territorial. La calidad de la cosecha venía condicionada por cierta inestabilidad en la meteorología previa, con precipitación media por encima de 550 (alta con respecto a otras campañas) y accidentes como el granizo, así como por el impacto de ciertas enfermedades como el mildiu, que hicieron daño de manera localizada en ciertos puntos de las zonas de Rioja Alta y Rioja Alavesa.
Tras una brotación explosiva temprana, se alcanzó un final de ciclo con un peso de la baya estable y superior al del año pasado y una maduración fenólica perfecta que permitió ajustar los tiempos arrancando la recolecta de las primeras variedades blancas con cierto adelanto el 17 de agosto. Las ligeras precipitaciones del mes de septiembre, acompañadas con la entrada de viento norte y descenso de las temperaturas nocturnas, “propiciaron un mayor equilibrio y mejora de los parámetros cualitativos”, lo que permite concluir a Pablo Franco que “técnicamente hablamos de una vendimia con una satisfactoria evolución tanto en términos de maduración como de estado sanitario del fruto en que la calidad de la uva ha ido incrementándose conforme iban pasando los días”. “A pesar de haber sido una temporada compleja, marcada por la pandemia, hemos alcanzado unos resultados mucho mejores que los esperados inicialmente”.
Una vendimia segura
Los estrictos protocolos de seguridad que se han tenido que implantar a causa de la COVID19 han complicado la logística en el campo y en las bodegas de “una vendimia atípica que será recordada como una vendimia segura donde el único objetivo común ha sido el de proteger la salud de los temporeros, los trabajadores y los visitantes”, afirma el director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente. “En un momento tan crítico como esta vendimia de 2020 era absolutamente necesario diseñar protocolos que establecieran procesos seguros y a su vez garantizaran agilidad para los operadores”.
“Estos protocolos de seguridad también han sido implementados en laboratorios y en viñedos, donde se ha generalizado el aislamiento de los grupos de trabajo mediante turnos, creando comunidades burbuja de individuos que no comparten espacios ni horarios”, explica Lapuente, quien destaca el alineamiento que se ha producido de los distintos agentes, entre los que incluye a las administraciones públicas y a los distintos operadores de la Denominación.
“Se ha trabajado con una enorme profesionalidad”, recalca Pablo Franco, director del Órgano de Control, en cuyo nombre felicita al sector vitivinícola riojano por el importante esfuerzo que han realizado los 14.800 viticultores y 600 bodegas de la Denominación, además del operativo de 200 técnicos y auxiliares que han trabajado en vendimia en el Consejo Regulador.