Harvest 2003
Cosecha 2003
Las 56.580 hectáreas de viñedo productivas en la D.O. Calificada Rioja en la vendimia 2003 ofrecieron un volumen de cosecha de 437,6 millones de kgs. de uva, que se convirtieron en 317,18 millones de litros de vino elaborados, de los cuales han resultado finalmente calificados 290,59 millones de litros (261,86 de vino tinto, 16,92 de vino blanco y 11,81 de vino rosado). La campaña 2003, después de una primera parte del ciclo vegetativo que permitía augurar unas excelentes expectativas, planteó importantes retos desde el punto de vista de la calidad de los vinos debido a las incidencias climatológicas sufridas durante el verano y en el transcurso de la vendimia. En conjunto se superaron con éxito gracias en buena medida a las nuevas normas que el sector vitivinícola riojano representado en el Consejo Regulador se impuso ya desde la anterior vendimia 2001, tendentes a mejorar la calidad y originalidad de los vinos, con producciones moderadas y parámetros de calificación reforzados, lo que ha venido a reafirmar la vocación de excelencia de los vinos de Rioja y a consolidar el prestigio y la confianza ganada entre los consumidores.
Evolución del ciclo vegetativo
La climatología en la D.O. Ca. Rioja durante la primera parte del ciclo vegetativo de la cosecha 2003 se caracterizó por abundantes precipitaciones, tanto en forma de lluvia como de nieve, que proporcionaron humedad adecuada al viñedo en todas las fases fenológicas. La ausencia de heladas primaverales, junto a una excelente brotación próxima al 100% de las yemas, con abundantes brotes herbáceos no fértiles, propiciaron en general la existencia de abundante masa vegetativa, que requirió intensa espergura y despuntes. A ello se sumó una alta fertilidad en la mayoría de viñedos, que presentaban entre 1’2 y 1’75 racimos por brote y de 12 a 17 racimos por cepa. El comportamiento del cuajado en las principales variedades fue también muy bueno en general, con una media elevada de racimos de tamaño medio-grande por cepa, lo que conllevaba la posibilidad de cosecha abundante, favorecida por los escasos daños causados por accidentes meteorológicos como el viento y el pedrisco.
El ciclo venía adelantado y se inicia el envero a mediados de julio. La situación del viñedo, en lo que se refiere al aspecto vegetativo y sanitario, era muy buena y con buenas expectativas productivas. Los últimos días de julio y la primera quincena de agosto discurren con ausencia de precipitaciones y altas temperaturas, anormales en estas latitudes, que alcanzan de forma continuada los 40º C a la sombra, con una incidencia en masa foliar en torno a los 50º C, lo que motivó en una parte del viñedo un “estrés” severo que distorsionó el proceso de maduración y produjo desecación de hojas empezando por las basales (más viejas). Tras las lluvias que, de forma irregular e intermitente, caen en toda la denominación a partir del 15 de agosto e inclusive la primera semana de septiembre y la moderación de las temperaturas, la situación del viñedo mejora sustancialmente y el estado del mismo se puede considerar satisfactorio, con buen estado vegetativo y sanitario, si bien se detectan focos de botrytis y se empieza a constatar una evolución de la maduración irregular, debido a la mayor o menor incidencia de las altas temperaturas, el grado de desfoliación, el tipo de suelo, variedad, cultivo, ubicación, etc.
Una vendimia selectiva
En la segunda semana de septiembre, coincidiendo con una climatología favorable, la evolución de la maduración de azúcares y de polifenoles avanza de forma positiva y se generaliza el inicio de la vendimia en la Rioja Baja y en la zona centro, con recolección selectiva, dadas las diferencias en la evolución de unos viñedos a otros. Según avanzaba la vendimia la calidad de la uva era superior y la bonanza del clima permitía una vendimia más escalonada y tranquila. Para mediados del mes de octubre el 90% de la cosecha ya estaba recolectada, aunque las últimas uvas se vendimiaron el 28 de octubre en la localidad riojalteña de Cuzcurrita, justo dos meses después de que se cortaran las primeras uvas de la Denominación en la localidad navarra de Azagra. Además de un desarrollo escalonado y selectivo, la vendimia 2003 requirió unas elaboraciones técnicamente exigentes a fin de alcanzar el objetivo de optimizar las calidades. El balance final es positivo, tanto por la cantidad de uva recolectada, que permitirá atender adecuadamente la demanda de los mercados de Rioja, como por las aceptables expectativas de calidad media de la cosecha, caracterizada por la heterogeneidad del fruto recogido, afectado principalmente por la irregular climatología de un verano excesivamente seco y caluroso.
El Consejo Regulador valora como BUENA la añada 2003
El Pleno del Consejo Regulador de la D.O. Ca. Rioja decidió valorar como “BUENA” la añada 2003 a la vista de los resultados obtenidos del proceso de calificación analítica y organoléptica que han debido superar todos y cada uno de los 317,18 millones de litros de vino elaborados en la última cosecha para obtener el derecho a la Denominación de Origen Calificada Rioja. Esta valoración general confirma los comentarios que el propio Consejo Regulador realizó tras la vendimia sobre la calidad heterogénea que presentaba la uva del 2003, debido a la incidencia negativa que tuvo sobre el ciclo vegetativo el excesivo calor del verano, así como las impresiones manifestadas por los técnicos del sector vitivinícola tras la elaboración de los vinos respecto a las perspectivas de evolución en crianza de los mismos.