Geografía y terruños de la región de Rioja

La Denominación de Origen Calificada Rioja corresponde a una región vitivinícola que se extiende en la parte alta del valle del Ebro a ambos lados del río, y abarca tres comunidades autónomas: La Rioja, País Vasco y Navarra.
DOCa Rioja está vinculado con la calidad y autenticidad y cuenta con unas características particulares que la convierten en una región tan especial:
- La zona de Rioja está rodeada por cadenas montañosas al norte y al sur y atravesada por el río Ebro, uno de los principales ríos de España. Los afluentes del Ebro forman siete valles con climas y suelos distintos. Estas características hacen de Rioja un lugar idóneo para producir vinos de alta calidad debido a las uvas cultivadas que poseen gran potencial en intensidad, acidez y taninos.
- La región natural que conforma la Denominación está protegida, al norte, por la Sierra de Cantabria, que bloquea los vientos fríos y húmedos del Atlántico, y al sur por las sierras de la Demanda y los Cameros. El río Ebro atraviesa la región de oeste a este, cercano al límite norte, creando una franja estrecha con terreno accidentado, mientras que la zona sur es más amplia y atravesada por siete afluentes que forman valles secundarios.
- Los cien kilómetros de distancia entre Haro (localidad más occidental) y Alfaro (localidad más oriental) presentan una variedad de altitudes, con viñedos escalonados en terrazas que llegan a una altitud máxima de unos 900 metros que confieren a los vinos unas características particulares.
- A pesar de su pequeña superficie en relación a su geografía accidentada, Rioja tiene una diversidad de suelos y microclimas que dan lugar a vinos únicos. Esto permite elaborar una amplia gama de vinos con identidad diferenciada pero reconocible en el marco de una cohesión común.
El suelo en la región de Rioja
La región de Rioja exhibe una amplia variedad de paisajes compuestos por montañas, terrazas y valles, lo que contribuye a la diversidad de suelos. Al evaluar la capacidad de los suelos para producir vinos excepcionales, es esencial considerar una serie de factores diversos como la altitud, pendiente, orientación, estructura, materia orgánica, pH, entre otros aspectos. Además de estos factores, también es crucial tener en cuenta el microclima particular de la zona, así como las prácticas agrícolas que se aplican en el cultivo de la vid.

Suelos en la región Rioja
Los tipos de suelo más importantes de Rioja, desde el punto de vista vitícola, además de tener en cuenta los factores antes descritos, son:
- Suelos arcillo calcáreos, que se caracterizan por su tonalidad amarillo-ocre. Estos suelos son carentes en materia orgánica pero ricos en calcio. Debido a la topografía irregular de la zona, presentan dificultades en el drenaje y su cultivo resulta complicado. Las raíces de las vides se hunden en estos suelos a una profundidad de aproximadamente un metro, donde se encuentran con un subsuelo rocoso fragmentado.
- Suelos arcillosos ferrosos, son dominantes en las colinas de nivel medio y en las áreas elevadas que separan las terrazas aluviales en las zonas de Rioja Alta y Rioja Oriental. Estos suelos, de tono marrón rojizo, suelen ser profundos y altamente compactos debido a su elevado contenido de arcilla.
- Suelos aluviales, se localizan principalmente en los bordes del río Ebro y en los valles formados por sus afluentes, conformando terrazas planas. Estos suelos, de naturaleza arenosa y pedregosa, permiten una penetración profunda de las raíces. Sus características promueven un buen drenaje, al mismo tiempo que acumulan calor y reflejan la luz solar, creando un entorno favorable para la maduración de las uvas.
El clima en la región de Rioja
El clima de la Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca.) Rioja se define como templado, resultado de la interacción de los climas atlántico y mediterráneo, con una temperatura media anual de 12-14 grados Celsius y veranos cálidos, contrastando con inviernos frescos. Las lluvias se distribuyen equilibradamente a lo largo del año, siendo los inviernos y primaveras húmedos y los veranos y otoños secos. La región disfruta de cerca de 2.000 horas anuales de sol, beneficiando el crecimiento de las vides.
La diversidad de microclimas se atribuye a la extensión de unos 100 km de la región en dirección noroeste a sureste. Las áreas orientales se ven más influidas por el clima mediterráneo, mientras que las occidentales presentan mayor influencia atlántica. Con altitudes entre 300 y 900 metros, los viñedos experimentan distintas temperaturas, mientras que la cercanía al río Ebro y sus afluentes, junto con vientos valle abajo, refrescan la zona. Los meses cálidos y secos de septiembre y octubre ofrecen condiciones óptimas para la vendimia y maduración.